Un fin de año...diferente


Estamos a pocos días de finalizar el año y sin duda nuestro estado de ánimo cambia, para bien o para mal, junto con las expectativas, los propósitos, los regalos, el espíritu festivo y puede que todos deseemos que este año termine de una buena vez. La mayoría de nosotros hemos notado los cambios y efectos de la cuarentena, el confinamiento y la nueva normalidad. Aunque en la varios de los países informan que sus casos van a la baja, también es cierto que ha habido rebrotes de modo que no se ha superado la crisis sanitaria. Esta situación plantea interrogantes sobre cómo será esta época de fiestas con un grado de incertidumbre que para muchos es nuevo. Ya han pasado meses, prácticamente todo el año ha sido para esperar la noticia de que estamos libres de coronavirus. Es verdad que cada uno ha tomado las cosas de formas diferentes, algunos no con la seriedad necesaria y otros con preocupación real. Seguramente en este punto todos conocemos a alguien que se ha contagiado y por un lado al ver que no la ha pasado tan mal, bajamos las defensas y comenzamos a pensar que podemos relajarnos y si, por otro lado, quienes han sufrido la pérdida de un ser querido, están bastante alterados. 
  Si recuerdan el tema de consecuencias psicológicas del confinamiento, se menciona que a veces cedemos ante la presión social de no querer parecer exagerado al andar con nuestra mascarilla, gel desinfectante y a mínimo 2 metros de todos y esa prolongada batalla puede que se vuelva más intensa en las festividades cercanas. De por sí en estas fechas, las reuniones que puede que muchos estén esperando desde hace meses son casi obligatorias, en el trabajo, la escuela, con la familia, los amigos, es casi inevitable. Diferentes especialistas se pronuncian al respecto de que debemos tener mucha precaución, ya que se combinarán los 3 factores clave para el contagio: espacios cerrados, reuniones prolongadas y mayor cercanía con las personas, admitámoslo, es difícil resistir el impulso navideño. 

  Probablemente la mayoría ya tiene el árbol y los adornos en casa. Las calles, negocios y en todos lados vemos los colores típicos de navidad y fin de año. La imagen ideal de familias sonrientes, comidas deliciosas, paz y amor en abundancia contrasta con una realidad diferente de la que no nos es muy grato hablar. Este año, muchas cosas han cambiado y basta con dar un vistazo por las calles y las redes sociales. Negocios cerrados, liquidaciones, personas vendiendo todo tipo de cosas para completar para los gastos, con un número de clientes muy bajo, además muchos perdieron su empleo, puede ser que tuvieran gastos por cuidados médicos o en el peor de los casos, por gastos funerarios y queramos aceptarlo o no, mucha de la magia de la navidad depende de lo que hay en nuestras carteras. 
  Estas fechas se perciben por el consenso como momentos de encuentro, sin embargo, es probable que no ocurra así esta vez. Algunos se frenarán por las restricciones de las autoridades, otros por precaución y otros por no poder afrontar esos gastos, aunque la presión aumenta conforme pasan los días y se complica bastante mantener la cordura sobre todo si hay niños en casa ya que la expectativa de los regalos podría mayor y muchos utilizarán el recurso de comprar ahora y pagar después que inteligentemente las tiendas ponen a disposición y, no me mal entiendan, no tengo nada en contra de las festividades, sin embargo, la situación amerita pensárselo bien y anticipándose a la falta de sentido común que puedan sufrir algunos, autoridades en el tema como la Organización Mundial de la Salud y el Centro de Control de enfermedades, así como los gobiernos de algunos países han comenzado a dar recomendaciones para unas fiestas más seguras dejando claro que la mejor opción es evitar las reuniones por completo, pero ¿Quién va a hacer caso a eso? Por eso, nos ofrecen algunas opciones como utilizar zoom u otros medios de reuniones virtuales, limitarse a festejar únicamente con los que habiten en la misma casa o máximo 10 personas, tener buena ventilación en un espacio abierto e incluso hacer una cuarentena de 14 días antes de hacer reuniones. 
  Es claro que para muchos el aislamiento prolongado que hemos pasado este año ha sido demasiado y es probable que estén deseosos de salir, en contraste habrá a quienes les resultes muy estresante rodearse de gente por la preocupación al contagio. Los efectos en nuestro estado mental se hacen ver en especial en estas fechas, sin hablar de la depresión estacional o el trastorno afectivo estacional, existen algunos estudios recientes que nos ayudan a tener una idea de lo que está sucediendo en torno a la salud mental. 

  La ansiedad va en aumento, entre el 13% al 24% de los jóvenes entre 27 y 29 años, refieren niveles más altos que lo sus padres. Algunos adjudican este incremento a los cambios en la forma de trabajar, de realizar actividades de ocio y al aislamiento, otros a que pueden ser los jóvenes de este rango de edad son los que han tenido que mantenerse trabajando al frente durante la contingencia, sobre todo el personal sanitario, servicios de seguridad y de emergencias. 
  Al parecer se ha visto reflejada una relación casi lineal entre edad y síntomas psicopatológicos. Las personas mayores, contrario a lo que podríamos pensar, tienen menos síntomas. Solo un 11% de las personas de más de 65 años presenta signos de ansiedad, en cambio, una tercera parte de los jóvenes presentan estos cuadros. Se está haciendo notorio que el peso psicológico que está teniendo la pandemia sobre los jóvenes es muy elevado, parece ser que la búsqueda de experiencias y conexión que se ha visto afectada en estos meses, ha alterado nuestro balance. 
  Con todo esto, parece que la clave estará en mantenerse con los cuidados necesarios, respetando las medidas de las autoridades y una correcta planeación de las reuniones, compras y otras actividades, sin ponerse en riesgo y también cuidando no excederse en los gastos para no empezar el próximo año con deudas y más estrés. Será necesario tomar conciencia de la situación y adaptarse a ella enfocándose en lo que sí podemos hacer y no tanto en las restricciones. 
  Es verdad que no será lo mismo, pero poner atención al cuidado propio y de los demás siendo responsables, será crucial para superar esta crisis. Estamos a la espera de ver si hemos aprendido a acatar las medidas y recomendaciones, si seremos capaces de abstenernos de festejar despreocupadamente o si la cuesta de enero nos llevará al hospital. Solamente si todos ponemos de nuestra parte podremos salir mejor librados y que el milagro de navidad que recibamos sea estar todos a salvo. 
  Las fiestas de fin de año representan momentos tanto de alegría como de nostalgia, estrés y ansiedad. Los preparativos, las compras, las reuniones, los gastos, decoraciones, regalos, etc. son parte inseparable de las celebraciones, pero este año le sumaremos las reuniones virtuales, las mascarillas, desinfectante y sana distancia. Nos espera adaptarnos a la situación y esperar que como comunidad todos hagamos lo mismo. 
  Las pérdidas personales, sociales, laborales, económicas, emocionales y de todo tipo nos dejan un agridulce fin de año, pero eso no significa que no haya nada que celebrar o planear. Aunque el estrés y la ansiedad van en aumento conforme las restricciones se prolongan, es el camino que debemos recorrer para dar por terminado este capítulo. Concentrarnos en lo que sí podemos hacer, en la familia, amigos y por qué no decirlo, también los clientes, que siguen con nosotros deben darnos la fortaleza para ser responsables en estos días de fiesta. De nosotros depende mucho lo que nos espera el siguiente 2021. 


Les gradezco el haberme acompañado en el blog, el podcast y otros medios de contacto, espero pronto nos podamos leer y escuchar.
¡Felices y seguras fiestas!

Lecturas recomendadas
Las recomendaciones del Centro de Control de enfermedades para celebraciones y pequeñas reuniones por las fiestas. 
Un pequeño artículo llamado “estrés, ansiedad y un futuro incierto: el impacto del COVID-19 en los más jóvenes” 
Algunos consejos sobre Covid-19 y salud mental de la clínica mayo. 

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