Trastornos del neurodesarrollo


Cuando nacemos, no estamos para nada listos para enfrentarnos al mundo, sino que necesitamos adquirir muchas destrezas y aunque ya contamos con un cerebro listo para aprender de todo, dependemos tanto de nuestros genes, como de que todo haya salido bien durante la vida intrauterina, de la buena nutrición y estar en un ambiente estimulante y afectivo que nos permita desarrollar de la mejor manera posible todas nuestras capacidades. Todo este proceso enfocado al sistema nervioso y su órgano principal, el cerebro, se conoce como neurodesarrollo, e implica el proceso dinámico de interacción entre el niño y el medio que lo rodea; resultando en la maduración de dicho sistema con el consiguiente desarrollo de habilidades, funciones cerebrales y la formación de la personalidad. 
  El desarrollo del cerebro es un proceso muy complejo y preciso que inicia muy temprano en la vida y continúa varios años después del nacimiento. Durante todo ese tiempo se espera que se vayan logrando ciertos hitos de desarrollo, tanto a nivel motor, sensorial, de lenguaje y psicosocial, pero puede que algo no haya salido del todo bien durante este proceso continuo, si el neurodesarrollo sufre interferencias, la autonomía y el futuro del niño pueden quedar comprometidos.

  Los trastornos del neurodesarrollo son un grupo de afecciones de inicio precoz, normalmente previas a que el niño inicie la escuela primaria, que afectan la maduración neurológica normal a distintos niveles, generando principalmente alteraciones o retrasos en el aprendizaje, en el desarrollo de habilidades motoras, comunicativas y sociales que pueden ser muy específicas o globales. que se vinculan a la formación de circuitos cerebrales. 
  Aunque se inician en la infancia, su expresión es distinta en cada etapa según va formándose el sistema nervioso central. Suelen tener una evolución estable, en general no muestran remisiones ni recaídas. Las causas no son claras aún, pueden ser genéticas o ambientales y pueden suceder durante la gestación, en el periodo neonatal o en los primeros años de vida, algunas hipótesis sugieren una probable deficiencia en la maduración de las fibras que alteran la conectividad y, por lo tanto, la adecuada integración en la comunicación neuronal. 
  Es posible que se identifiquen las dificultades alrededor de los tres primeros años de vida, aunque con mayor frecuencia se reconocen hasta llegados los primeros años escolares, cuando se vuelven más notorias las diferencias en el nivel de desarrollo con sus compañeros.
  De manera general las habilidades cognitivas más frecuentemente afectadas son la atención, memoria y funciones ejecutivas. 
  Frecuentemente, este tipo de trastornos no se presentan solos, sino que convergen creando una sintomatología más amplia que puede complicar en gran medida su tratamiento. Por lo regular, se presenta más de un trastorno del neurodesarrollo a la vez e incluso otro tipo de alteraciones psiquiátricas como depresión y ansiedad. 
  El grupo de trastornos del neurodesarrollo incluye los siguientes: 
  Quienes padecen alteraciones de neurodesarrollo presentan, además, dificultades psicosociales que los exponen a situaciones de aislamiento social, exclusión, miedo, baja autoestima y alteraciones en el estado de ánimo debido a que la habilidad de los niños para interactuar de manera eficaz se ve afectada. 

  • En la discapacidad intelectual se observan deficiencias o dificultades de las funciones intelectuales y en el comportamiento adaptativo en el aspecto conceptual, práctico o social, que resultan en la limitación del funcionamiento en uno o más ámbitos a menos que se cuente con apoyo específico y que dependiendo del grado de afectación, leve, moderado, grave o profundo, puede ser desde un poco de ayuda en temas escolares, hasta ser completamente dependiente de otras personas para su cuidado personal y vida cotidiana. 
  • Los trastornos de la comunicación son aquellos en los que el niño no es capaz de comunicarse adecuadamente o de aprender a hacerlo, sin embargo, sus capacidades mentales no están afectadas. Dentro de este grupo encontramos al trastorno del lenguaje, trastorno de los sonidos del habla, trastorno de la fluencia de inicio en la infancia, mejor conocido como tartamudeo, trastorno de la comunicación social y el trastorno de la comunicación no especificado. 
  • El trastorno del espectro autista es uno de los cambios más controvertidos en relación a la edición más reciente del manual del diagnóstico, el DSM-V, en el que el autismo se engloba en un solo diagnóstico, eliminando el Asperger, el trastorno de Rett y todas las demás categorías. Este trastorno se caracteriza principalmente por la presencia de dificultades en la comunicación e interacción interpersonal, patrones de comportamiento e intereses repetitivos y restrictivos. Quiénes lo padecen, tienen dificultades para comprender las reglas que rigen las interacciones sociales y para captar y expresar sentimientos, ya que suelen tener un lenguaje oral literal y se les puede complicar captar los chistes, sarcasmo y otras formas de lenguaje figurativo, presentan preferencia y necesidad de rutina y monotonía y aceptan mal los cambios. Bajo esta perspectiva todas las personas que tienes cualquier combinación de síntomas con gravedad leve hasta profunda, se engloban como trastorno del espectro autista o TEA. 
  • El trastorno por déficit de atención con hiperactividad se define por la presencia de dificultades para mantener la atención que llevan a cometer errores, alta distraibilidad, dejar tareas y actividades incompletas, pérdida y olvido de objetos y actividades, ausencia mental y/o hiperactividad como habla excesiva, inquietud motora, dificultades para permanecer sentado o para esperar turnos, interrumpe actividades ajenas, etc., Aquí podemos encontrar al trastorno por déficit de atención con hiperactividad, otro trastorno por déficit de atención con hiperactividad especificado y trastorno por déficit de atención con hiperactividad no especificado.
  • En el trastorno específico del aprendizaje se presentan dificultades en la adquisición y utilización de habilidades académicas, como la lectura, escritura y cálculo. Existen dificultades a la hora de leer, interpretar y utilizar el lenguaje y/o los conceptos matemáticos. Estas dificultades están por encima de lo esperable para alguien de la edad, representando un problema en sus actividades académicas y pueden ser leve, moderado o grave. 
  • Otro de los grandes grupos de trastornos del neurodesarrollo son los trastornos motores, en los que existen dificultades en aspectos vinculados con el movimiento como la coordinación o se producen movimientos involuntarios. Dentro de estos trastornos encontramos el trastorno del desarrollo de la coordinación, el de movimientos estereotipados y los trastornos por tics. En este último grupo encontramos el trastorno de Tourette, junto el de tics motores o vocales crónicos, el de tics transitorios, otro trastorno específico de tics y trastorno no específico de tics. 
  • Finalmente, nos encontramos con otro trastorno específico del neurodesarrollo que es utilizado en aquellos trastornos vinculados a alteraciones del neurodesarrollo que provocan una afectación en uno o varios ámbitos vitales, pero que no cumple los criterios diagnósticos de ninguno de los anteriores grupos. Por ejemplo, aquellos relacionados al consumo de sustancias por parte de la madre durante el embarazo, o en aquellos casos en que no se dispone de suficiente información como para clasificar el trastorno en cuestión.   
  El neurodesarrollo es un proceso dinámico, que se sustenta en una base biológica, psicológica y social. Los primeros años de vida constituyen una etapa importante en el desarrollo del niño, pues se van configurando las habilidades perceptivas, motrices, cognitivas, lingüísticas, psicológicas y sociales. Cuando uno o más elementos sufren afectaciones, pueden surgir trastornos del cneurodesarrollo que afectarán de manera significativa la manera en que se desenvuelve en su entorno, limitando el potencial de desarrollo del niño, sin embargo, gracias a la neuroplasticidad, es también en esta época cuando el niño responde más a las terapias y a los estímulos que recibe del entorno por lo que una detección y atención oportuna son cruciales para disminuir los problemas que el trastorno pueda ocasionar.

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