Memoria y otros procesos psicológicos

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Aunque ya hay un tema sobre la memoria, con podcast y todo, donde se mencionan las generalidades de  este proceso, no está demás hablar sobre el algunas otras cosas que brindan apoyo a la memoria. 

  En mis publicaciones recientes y tweets estoy trazando el camino que denominé de la memoria al Alzheimer, tratando temas como la memoria sensorial, las aportaciones de la neurociencia al estudio de la memoria, la memoria de trabajo y es más que claro que la memoria se apoya y a su vez fortalece otros procesos, si no los has visto o los quieres volver a leer, dejaré los enlaces a la página de face, del tumblr y twitter. 
  La memoria no trabaja de forma aislada recibiendo, guardando y recuperando información sin orden o significado, por lo que necesita otros procesos para que todo eso a lo que estamos expuestos tenga sentido y sea de utilidad. Para no llevarnos todo el día, vamos a establecer de forma general algunos procesos importantes involucrados.
Percepción
Es crucial y definitiva para entender el mundo, es la manera en cómo se interpreta y se entiende la información que se ha recibido a través de los sentidos. La percepción involucra la decodificación cerebral y busca encontrar algún sentido a la información que se está recibiendo, de forma que pueda operarse con ella o almacenarse. Es el primer paso que conecta al entorno con nuestro mundo interior y mental. Cuando leemos, por ejemplo, no involucramos sólo el acto de ver las letras, sino de interpretar las relaciones entre ellas y lo mismo pasa con los otros sentidos, la percepción implica la captación de información, y su posterior procesamiento en la memoria para dar un significado, cosa que no podría ser, si careciéramos de un repertorio de datos con qué comparar,
por eso ambos, memoria y percepción, son indispensables.

Atención
Es necesaria para que puedan formarse trazas de memoria duradera en la memoria a largo plazo. Debemos ser capaces de enfocarnos en una tarea durante cierto tiempo, sobre todo si es compleja de modo que se requiere concentración y esfuerzo. La atención es un mecanismo cerebral que permite procesar los estímulos, pensamientos o acciones relevantes y más importante aún, tiene la capacidad de ignorar estímulos los irrelevantes o distractores, de lo contrario nos saturaríamos a un grado tal que no podríamos reaccionar. Por eso funciona en conjunto con la memoria y es tan importante que cuando la atención falla, la información no puede consolidarse y eso nos pone en problemas a la hora de recuperar cosas necesarias, como podemos ver en personas con déficit de atención, que parece que olvidan lo que les dices, pero puede que en realidad eso nunca haya llegado a la memoria a largo plazo.
Lenguaje
Todos los componentes del lenguaje están evidentemente en la memoria, los símbolos, sonidos, conceptos, significados, reglas gramaticales, palabras, todo eso que nos permite comunicarnos y que hemos ido aprendiendo, está ahí, así que no hay duda del lazo fundamental que estos dos procesos comparten, ya que no solo nos permite tener una forma de hablar, escribir y leer un idioma sino de entenderlo y también de aprender muchos otros. Si de repente perdieras los conocimientos del idioma que usas cotidianamente sería una pesadilla no poder entender nada y peor, imagina que no importa lo mucho que progreses en el día, vuelves a olvidarlo. Eso te pasaría si el lenguaje no estuviera almacenado en la memoria y pudieras recuperarlo cuando quisieras, sería como ir otro país cuyo idioma desconoces.
  Aunque podrías comunicarte por otros medios, estarías bastante limitado, así que ve a darle un abrazo a tu diccionario. La memoria permite que, al escucharme, entiendas las palabras y significados.
 


Motivación
Podríamos resumirla a dos funciones básicas:
  • Proporcionar al organismo la energía necesaria para hacer algo y
  • Dirigir el comportamiento y conducta del individuo hacia ciertos fines.
  Claro que plantearnos objetivos concretos tiene la dificultad de que estamos en un mundo lleno de distracciones y por eso necesitamos que nuestra atención y memoria funcionen en conjunto y a su vez estar siempre motivados para no tirar la toalla. Las personas que son capaces de marcarse unos objetivos que por difíciles que parezcan pueden llegar a conseguir, van a aprender y retener mucha información; y lo que es más importante, van a alcanzar, con mucha constancia, objetivos cada vez mucho más elevados y deseables con lo que retroalimentarán su motivación y así continuamente mejorarán sus capacidades.
  Sin motivación, no importaría lo interesante de los estímulos no tendríamos ganas de hacer nada, es en este punto que podemos comenzar a entender la razón por la que la depresión afecta la memoria, lo que nos lleva al siguiente punto:
Emociones
En la actualidad existe bastante evidencia de que ciertos eventos son más fáciles de recordar cuando van acompañados de una carga emocional y no dependen tanto del significado o importancia que le demos. Si bien es cierto, los contenidos en nuestra memoria son tratados de forma diferente en función de si están asociados con emociones consideradas como placenteras que si lo están con emociones desagradables, coinciden en que la intensidad hará más probable el mantenimiento de la información.
Puede que el día en que fuiste a la mejor fiesta de tu vida sea recordado tan fácilmente como el día en que perdiste a un ser querido, de cierta manera la forma en que recordamos movidos por las emociones nos ayuda a aprender y moldear la manera en que nos comportamos.
 
Funciones ejecutivas
Se han definido como procesos que asocian ideas simples y las combinan hacia la solución de problemas de alta complejidad, términos como ‘funcionamiento ejecutivo’ o ‘control ejecutivo’ hacen referencia a una serie de mecanismos implicados en la optimización de los procesos cognitivos hacia la resolución de situaciones complejas. Si estuvieron un poco atentos a mis últimas publicaciones pueden ver que se relaciona bastante con la memoria de trabajo ya que mantiene la información, la orientación y adecuación de los recursos atencionales disponibles, así como inhibe respuestas inapropiadas y monitorea la conducta en referencia a estados motivacionales y emocionales del organismo.
  Gracias a esta colaboración no somos aplastados en la avalancha de información, tareas, objetivos, planes, emociones y procesos simultáneos, sino que logramos manejar casi siempre bien la situación.

Aprendizaje
Es un proceso por el que los organismos modifican su conducta para adaptarse a las condiciones cambiantes e impredecibles del medio que los rodea, y que definitivamente sería imposible sin la memoria. No habría tiempo suficiente para estar todos los días tratando de aprender la misma cosa una y otra vez. Aprender se trata de un proceso de adquisición y necesitamos sitio para todo eso además de una forma de acceder a ello y eso se llama memoria.
  La memoria es siempre inferida del comportamiento, es decir, la forma en que actuamos proviene de la memoria. Por definición, no hay aprendizaje sin memoria ni memoria sin aprendizaje, de tal modo que parecen las caras de una misma moneda.
  Entre estos dos grandes amigos ocurren muchas cosas, adquirimos, mantenemos, mejoramos, utilizamos conocimientos, información, están nuestro pasado, nuestros planes y habilidades; repito si uno de los dos sería imposible funcionar al nivel en que lo hacemos, solo hace falta ver cómo los problemas de aprendizaje y memoria complican tanto la vida. 

  
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Lecturas recomendadas
  • Fuenmayor, Gloria, Villasmil, Yeriling La percepción, la atención y la memoria como procesos cognitivos utilizados para la comprensión textual. Revista de Artes y Humanidades UNICA [en linea]. 2008, 9(22), 187-202[fecha de Consulta 26 de Marzo de 2021]. ISSN: 1317-102X. Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=170118859011
  • https://temariosalbatros.files.wordpress.com/2011/02/unidad-ii.pdf
  • Bernabéu, E. (2017). La atención y la memoria como claves del proceso de aprendizaje. Aplicaciones para el entorno escolar. ReiDoCrea, 6(2), 16-23.
  • Tirapu-Ustárroz, J., Muñoz-Céspedes, J.M. (2005) Memoria y funciones ejecutivas. Revista de neurología 41 (8): 475-484.
  • Aguado-Aguilar, L., (2001) Aprendizaje y memoria. Revista de neurología 32: 373-381.

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