Hablemos de motivación





Hablemos de la motivación

Un año más se terminó y con cada inicio viene la casi obligación de fijarnos metas y propósitos para el año que comienza, desde las metas más habituales de bajar de peso, ir al gimnasio o comer más saludable, hasta cosas como mejorar la relación familiar o conseguir un mejor trabajo, nuestras vidas se rigen en gran medida por lo que queremos lograr en corto, mediano y largo plazo.
  La motivación es un factor que involucra elementos cognitivos y afectivos. Además, nos ayuda a dirigir nuestras conductas para alcanzar metas. Durante el proceso cerebral de lo que denominamos motivación o circuito motivacional se genera un neurotransmisor llamado dopamina, el cual tiene una importancia fundamental tanto para mantener el foco de atención como para fijar los aprendizajes y conocimientos en nuestra memoria a largo plazo, después, cuando obtenemos la recompensa, ya sea, que se trate de haber aprendido algo nuevo, conseguido un objetivo o satisfecho una necesidad, se obtiene una agradable sensación de relajación producida por otro neurotransmisor llamado serotonina que produce un estado mental de relajación en el que la calma y la serenidad predominan y favorece a la razón sobre la emoción. Los niveles altos de serotonina producen calma, paciencia, serenidad, control de uno mismo, adaptabilidad y un humor estable, por eso es tan importante mantenerse activo en busca de nuevos retos.


A nivel cerebral, diversas estructuras tienen un papel importante en la motivación:


Striatum ventral que está altamente vinculada a la capacidad de memorizar un evento. Es decir, cuando tenemos una experiencia placentera y nuestro cerebro genera una síntesis de proteínas importante que consolida el recuerdo, reforzando la conexión sináptica; de esta manera el cerebro buscará repetir la acción para volver a experimentar ese placer.

La corteza orbitofrontal: esta zona está altamente vinculada a los juicios de valor que formulamos, y por ende a la toma de decisiones, sobre todo en qué tanto esfuerzo asignarle a una acción según la importancia que le demos.

La corteza anterior singular y la corteza prefrontal dorsolateral nos permitirán mantener nuestra atención fija en el objetivo, no ceder a los instintos de comodidad o descanso para centrarnos en la meta.

El circuito de la dopamina, o también conocido como el circuito de recompensa: en el proceso se activa el sistema mesolímbico dopamínico, encargado de la anticipación de la recompensa y del aprendizaje.

La amígdala que normalmente se asocia con el miedo o con estímulos negativos, es también un área que participa en la motivación. En cada momento decisivo existe el miedo a no lograrlo, lo cual predice la activación de la amígdala y nos motiva aún más a lograr el objetivo y evitar el sufrimiento por fallar.

Ahora veamos rápidamente algunas teorías sobre la motivación:

Teoría de Hull
Basada en los conceptos del reflejo condicionado de Pavlov y otros investigadores de corte conductista, plantea que existe un equilibrio interno-externo la famosa homeostasis en el organismo que pueden reducir la pulsión, en esa búsqueda, propone que no todas las necesidades humanas tienen un origen estrictamente biológico como se teorizaba por sus colegas más ortodoxos.

Teoría de Tolman
Establece la importancia de la interacción de las personas con el medio, considerando que el aprendizaje es la adquisición de conocimientos, introduciendo la visión de “expectativa” como parte de dicho proceso.

  Como resultado, se acuña la “teoría de la expectación” en la que se propone que el aprendizaje es más que solo la ejecución de una acción y que el condicionamiento resulta ser limitado para generar conductas, destacando que, en una secuencia de actos, cuyo fin es conseguir una meta, la persona tiene la capacidad de elegir las acciones que la llevan a lograrla, ahora suena obvio, pero allá en los años sesenta no lo era.

Teoría del doble factor de Herzberg
Considerando que su ámbito de acción fue el empresarial, su perspectiva sobre la motivación plantea que el trabajo es la actividad más importante de la persona. Es decir, gracias a este, el hombre puede satisfacer las necesidades sociales de autoestima y aprobación.

Teoría de motivaciones sociales de McClelland
Plantea que la motivación se constituye por expectativas o asociaciones que se forman a partir las experiencias afectivas, centra sus hallazgos en 3 motivaciones sociales que considera fundamentales:
  • Motivación al poder: Necesidad interior que determina la conducta de una persona para influir en otros.
  • Afiliación: La persona busca ser aceptada por los demás y considera muy valiosas las relaciones interpersonales recíprocas.
  • Logro: Necesidad del ser humano para alcanzar metas realistas que lo satisfagan.
Teoría de Atkinson
Se centra en los motivos que tienen las personas y cómo estos marcan su desempeño. Se enfoca en la motivación al logro acuñando conceptos como incentivo, destacando que el éxito y el fracaso se manifiestan de manera distinta en cada sujeto.

Teoría de la jerarquía de necesidades de Maslow
Con un enfoque humanista, esta teoría plantea que los seres humanos tenemos necesidades que nos diferencian de los animales. En ese sentido, Maslow plantea que el ser humano tiene la necesidad de trascender en su entorno para buscar la autorrealización.

Modelo atribucional de la motivación de Weiner
Sugiere que las explicaciones que las personas dan a las conductas, en particular a sus propios éxitos y fracasos, tienen una fuerte influencia en los planes y desempeños futuros.




Una de las variables más poderosas que influye en la motivación es la recompensa. La principal función de la recompensa es producir emociones positivas que mantengan e impulsen nuestra conducta. El proceso de generación de la motivación implica la asociación entre las acciones que realizamos y las recompensas que obtenemos.
  Para mantener la motivación debemos ser capaces de aprender de nuestras experiencias, tomando en cuenta que los entornos en donde nos desarrollamos son cambiantes, las asociaciones entre las acciones y recompensas que obtenemos deben actualizarse constantemente para permitirnos optar por estrategias más eficientes para conseguir nuestros objetivos.
  En ocasiones, las cosas no salen como lo habíamos planeado y podemos sentirnos arrepentidos por no haber actuado de forma distinta, pero hay que tener en mente que esa experiencia emocional negativa tiene como fin evitar que volvamos a elegir esa forma de actuar, aprendamos y adaptemos nuestras estrategias.
  Para mantenernos motivados es necesario comprender que nuestros esfuerzos rendirán frutos en el futuro, por eso es indispensable contar con una buena capacidad para controlar nuestro impulso a elegir las recompensas inmediatas sobre las recompensas a largo plazo. Se puede decir que ser capaces de evitar la tentación y continuar esforzándonos por recompensa mayor es lo que distingue a quienes logran mantenerse motivados de quienes no. Por supuesto que el control de nuestros impulsos es una habilidad asociada con el grado de madurez cerebral y con la implementación de estrategias cognitivas, habilidades que se desarrollan con los años y la práctica.
  Una de las grandes virtudes de la motivación es que funciona por sí sola, es decir que tenemos la capacidad de automotivarnos. Somos capaces de lograr lo que sea que nos propongamos gracias a la motivación, no necesitamos que otros nos motiven todo el tiempo porque sería como pretender que otros sean nuestra fuente de energía, cuando esa fuente vive encada uno de nosotros. Lo que debemos buscar es estar en control de ella y aprovecharla para lograr los que nos proponemos.


Estar motivado nos permite estar más presentes, más interesados en algo, más atentos, de mejor humor y en general, más felices.

Referencias y lecturas recomendadas

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