Amnesia

Originalmente, el término amnesia se refería a una pérdida global y completa de la memoria. Ahora se ha extendido también a la pérdida parcial de la función mnésica. Una persona con amnesia presentará una incapacidad en la adquisición, recuperación o ambas. Existen diferentes formas de clasificar a las amnesias, pero para no revolvernos tanto, veamos un poco de cada tipo.

Amnesia anterógrada
Se define como la incapacidad de aprender o retener los nuevos hechos posteriores al acontecimiento o lesión causal de la amnesia. Una persona con amnesia anterógrada puede recordar perfectamente lo ocurrido en el pasado, previos a la lesión o trastorno, pero es incapaz de retener información o acontecimientos posteriores a la lesión. 
  En este tipo de amnesia existe una pérdida de la capacidad para aprender relaciones entre distintos estímulos, incluido el tiempo, el lugar y el orden en que suceden, por tanto, afectará principalmente a la memoria episódica, dificultando el recuerdo de información biográfica del paciente, aunque se conserva el conocimiento general y el vocabulario que tenía, tampoco pueden aprender el significado de nuevas palabras o conocimientos generales desconocidos antes de la lesión.

Amnesia retrógrada.
En este caso se trata de la incapacidad de recuperar información que había sido almacenada previamente. Esta amnesia puede abarcar únicamente unos minutos u horas anteriores a la lesión o, en menor frecuencia, extenderse a varios meses o años, dependiendo, en parte, de la naturaleza y gravedad de lo que la ha provocado. De manera general, los recuerdos que se pierden con más facilidad son los más recientes; cuando se produce una recuperación, en primer lugar, vuelven los recuerdos más antiguos y después los recientes. Es frecuente que los recuerdos más próximos a la lesión, de los minutos previos, no lleguen a recuperarse nunca. 

Amnesia lacunar
Se denomina también amnesia localizada, se trata de una pérdida de memoria parcial que abarca un período de tiempo concreto. Es característica de los cuadros en los que se produce una pérdida o disminución de conciencia, como el estado de coma, la obnubilación o la confusión. En la que las funciones de adquisición, codificación o consolidación de la información no funcionan o se encuentran disminuidas, resultando en un período de amnesia que se limita al momento en el que el paciente ha presentado el estado de disminución de la conciencia o vigilia.

Amnesias afectivas o psicógenas
Son producidas por factores de tipo emocional o psicológico. En esta categoría incluiríamos las alteraciones de memoria que se relacionan con situaciones con marcada carga o repercusión emocional. El individuo no puede recordar ninguno de los acontecimientos que han ocurrido durante un contexto temporal específico, por lo general las primeras horas que siguen a un acontecimiento intensamente adverso como ser víctima de secuestro, asalto o violación.
  En este apartado podríamos incluir a la amnesia disociativa, consiste en una alteración reversible de la memoria que impide al sujeto recordar experiencias o acontecimientos, predominantemente de tipo autobiográfico. Estos episodios suelen aparecer tras acontecimientos traumáticos o situaciones muy estresantes, esta es compatible con trastornos del estado de ánimo, ansiedad o trastornos de la personalidad, además de problemas en el ámbito social, laboral e interpersonal. La manifestación principal es la presencia de lagunas de memoria retrospectiva, preservando las capacidades cognoscitivas generales, buen vocabulario y conducta social adecuada; es también frecuente la presencia de contradicciones en la narración de los acontecimientos.
  Cuando la amnesia psicógena se asocia con un desplazamiento repentino y confusión sobre la identidad personal e incluso de la adopción de una nueva identidad, hablamos de la fuga psicógena o disociativa. El inicio de la fuga se encuentra normalmente asociado también a situaciones traumáticas o estresantes. En general, la fuga suele ser breve y de recuperación rápida, pero en algunos casos el trastorno puede persistir al punto de crearse una nueva integración social y personal, una nueva identidad.

Amnesia global transitoria
Es un episodio agudo de pérdida de memoria, caracterizado por la aparición súbita de una importante amnesia anterógrada, a la que puede asociarse un grado variable de déficit en la memoria retrógrada. La mayoría de los episodios presentan una duración media de 2 a 12 horas. La resolución del cuadro se produce de forma gradual, durante un período de tiempo que se prolonga de varias horas hasta un día. Es más frecuente en sujetos adultos mayores de 50 años, por lo general, se considera un fenómeno benigno con buen pronóstico, aunque puede presentar un curso recurrente. En este tipo de amnesia no se presentan alteraciones del nivel de conciencia ni en la conducta; sin embargo, en la exploración puede estar confuso y desorientado. La memoria a corto plazo es normal, pero la memoria a largo plazo se encuentra afectada y el paciente no podrá recordar instrucciones o situaciones que se hayan presentado en minutos previos.

Síndrome de Wernicke-Korsakoff
Aunque no es un tipo de amnesia en sí y podría estar clasificado como síndrome amnésico, es un conjunto de síntomas en el que las alteraciones de la memoria tienen un papel muy importante. Entre sus síntomas más comunes se encuentra una combinación de amnesia retrógrada y anterógrada y la confabulación, es decir, la invención involuntaria de historias que sirven para "rellenar" los vacíos de memoria que suele estar asociado por el consumo excesivo de alcohol.

Amnesias específicas del sentido
Algunas infecciones virales como el herpes encefálico pueden dañar a diferentes zonas del cerebro afectando distintos tipos de memoria e incluso enfocarse en un sentido en específico causando agnosia, es decir incapacidad para reconocer objetos, e incluso ser aún más selectiva, por ejemplo, hay personas que pueden recordar información visual general pero el problema es que no pueden reconocer rostros, incluso de personas muy conocidas para ellos antes de sufrir el trastorno como pueden ser miembros de su familia, amigos o personas de su círculo más próximo.
  Actualmente, está bien documentada la existencia de estas amnesias específicas que aparte de los anteriormente mencionado producen la incapacidad para reconocer ciertas categorías como pueden ser estímulos animados (que tienen vida) y estímulos sin vida. Por ejemplo, hay personas que son incapaces de identificar animales, pero pueden identificar con facilidad objetos sin vida como muebles o ropa.
  Ya que hemos conocido algunas generalidades de ciertos tipos de amnesia podemos establecer las siguientes características:
  • Pueden ser transitoria, como ocurre después de un traumatismo cerebral.
  • O permanente, como ocurre después de un evento grave como una encefalitis, una isquemia global o un paro cardíaco.
  • Incluso pueden ser progresivas, como en las demencias degenerativas como la enfermedad de Alzheimer.
  Los déficits de memoria afectan más frecuentemente a los hechos, es decir a la memoria declarativa y, con menor frecuencia, a las habilidades, es decir, a la memoria procedimental.
  La amnesia puede derivar de un deterioro cerebral difuso o de lesiones en ambos lados del cerebro o en varias partes. En el caso de la memoria declarativa, recorren la región parahipocámpica y el hipocampo, así como la parte inferomedial de los lóbulos temporales, la superficie orbitaria de los lóbulos frontales y el diencéfalo, que contiene el tálamo y el hipotálamo. De estas estructuras, las siguientes son fundamentales:
  • Giros del hipocampo
  • Hipotálamo
  • Núcleos del cerebro anterior basal
  • Núcleos talámicos mediodorsales
  Los núcleos amigdalinos contribuyen a las amplificaciones emocionales de la memoria. Los núcleos intralaminares del tálamo y la formación reticular del tronco encefálico estimulan la grabación de las memorias. Cuando existe daño bilateral de los núcleos mediodorsales del tálamo, se afecta gravemente la memoria reciente y la capacidad para formar nuevas memorias.

La amnesia puede ser causada por:
  • Deficiencia de tiamina como en la encefalopatía de Wernicke o el síndrome de Korsakoff en pacientes alcohólicos crónicos o con desnutrición grave.
  • Otras causas comunes son los traumatismos craneoencefálicos. Las amnesias postraumáticas afectan los períodos inmediatamente anteriores y posteriores a una conmoción o un traumatismo de cráneo moderado o grave parecen ser el resultado de una lesión del lóbulo temporal medial. El traumatismo de cráneo moderado o grave puede afectar áreas más grandes de almacenamiento de la memoria y el recuerdo, al igual que muchos trastornos cerebrales difusos que producen demencia.
  • Las convulsiones en áreas como el lóbulo temporal pueden provocar un episodio de amnesia similar a las crisis de amnesia global transitoria, es decir una amnesia profunda, mayormente anterógrada y que se prolonga unas horas.
  • Otras situaciones que afectan la memoria son la anoxia que se refiere a la falta de oxígeno, la isquemia cerebral, que quiere decir que el flujo de sangre al cerebro se ha visto interrumpido, la encefalitis, esto es, la inflamación del cerebro que por lo regular se debe a infecciones.
  • Las demencias degenerativas como la enfermedad de Alzheimer, también presentan amnesia que se va agravando al ser una enfermedad crónico-degenerativa.
  • Distintas intoxicaciones por sustancias químicas como puede ser la inhalación crónica de solventes, la toxicidad por anfotericina B, litio, etc. También los tumores hipotalámicos, eventos traumáticos o estrés psicológico como vimos en las amnesias psicógenas, pueden ocasionar amnesia.
  El deterioro de la memoria asociado con la edad se refiere a la pérdida de memoria que se produce con el envejecimiento normal, que de cierta manera es esperado conforme nos volvemos mayores. Las personas con olvidos seniles benignos desarrollan gradualmente problemas de memoria significativos, en general primero para los nombres, después para los acontecimientos y, en ocasiones, para las relaciones espaciales.
  No se ha comprobado una relación entre los olvidos benignos del envejecimiento y la demencia, aunque sin duda hay ciertas semejanzas en su cuadro clínico.
  Existe una alteración de la memoria llamada deterioro cognitivo leve amnésico, que puede estar presente en las personas que tienen un problema de memoria subjetiva, pero con el razonamiento y la función diaria intactos. En estos casos, las probabilidades de desarrollar la enfermedad de Alzheimer son mayores que en la gente de la misma edad sin este tipo de problemas de memoria.

Diagnóstico
Es básico realizar una historia clínica detallada. Dado que, tal vez, la persona que podría tener pérdida de memoria no puede brindar información exhaustiva, por lo general, este proceso se apoya de un familiar, un amigo u otra persona responsable del cuidado que también participa en la consulta.
Se debe procurar abarcar los siguientes puntos:
  • El tipo de pérdida de memoria: reciente o a largo plazo.
  • El momento de inicio de la pérdida de memoria y cómo avanzó.
  • Identificar factores desencadenantes, como lesiones en la cabeza, accidentes cerebrovasculares o cirugías.
  • Antecedentes familiares, en especial, las enfermedades neurológicas.
  • Consumo de alcohol o drogas.
  • Otros signos y síntomas, como confusión, problemas con el lenguaje, cambios de personalidad o alteración de la capacidad para cuidarase a sí mismo.
  • Antecedentes de convulsiones, dolor de cabeza, depresión o cáncer.
  Es muy importante realizar una exploración física buscando verificar los reflejos, la función sensorial, el equilibrio y otros aspectos psicológicos del cerebro y del sistema nervioso.
  Se deben contemplar las pruebas cognitivas que evalúen el razonamiento, la memoria a corto y a largo plazo, verificando el recuerdo de conocimientos generales, autobiográficos, categorías, habilidades de planeación y ordenamiento, de manera que sea posible ir determinando el grado y clase de pérdida de memoria y aportar ideas sobre qué tipo de ayuda se requerirá.
  Las pruebas de diagnóstico por imágenes incluyen exploraciones por resonancia magnética y tomografías computarizadas, para verificar que no haya daños o anomalías en el cerebro.
  Análisis de sangre para detectar infecciones, deficiencias nutricionales u otros problemas.
  Un electroencefalograma para detectar la presencia de actividad convulsiva.

Tratamiento
Aunque cualquier alteración de la memoria o de otro dominio cognitivo deben ser tratados, algunos pacientes con amnesia aguda mejoran espontáneamente. Pueden tratarse ciertos trastornos que producen amnesia como la enfermedad de Alzheimer, psicosis de Korsakoff, encefalitis herpética; sin embargo, el tratamiento del trastorno subyacente puede disminuir o no la amnesia dependiendo de la gravedad.
  Los fármacos colinérgicos pueden mejorar la levemente la memoria en pacientes con enfermedad de Alzheimer; estos medicamentos a menudo también se emplean con otros tipos de demencia, aunque por desgracia en muchos casos graves no es posible recuperar o siquiera preservar la memoria. La amnesia causada por el síndrome Wernicke-Korsakov que implica falta de tiamina. puede tratarse al administrar esta vitamina y brindar alimentación adecuada. Aunque el tratamiento, que también comprende abstinencia de alcohol, ayuda a prevenir mayor daño, la mayoría de las personas no recuperan por completo la memoria perdida.
  Gracias a la investigación ardua que se realiza sobre la memoria, se espera poder descubrir nuevos tratamientos, pero es poco probable que un solo medicamento pueda resolver estos problemas debido a la complejidad de los procesos cerebrales involucrados.
  Una persona con amnesia puede apoyarse con terapia ocupacional para aprender nueva información que reemplace la que se perdió, o para usar recuerdos intactos como base para asimilar información nueva. El entrenamiento de la memoria también puede consistir en distintas estrategias para organizar la información a fin de que sea más fácil recordarla, así como para mejorar la comprensión de una conversación prolongada.
  Para muchas personas con amnesia el uso de la tecnología, como teléfonos inteligentes, tablets o asistentes virtuales puede ser de gran ayuda para realizar las tareas del día a día, pueden programar recordatorios, alarmas, buscar información, realizar compras, hacer llamadas, etc. Otros apoyos importantes son los cuadernos, calendarios, organizadores de pastillas y fotografías de personas y lugares.
  Cuando se trata de una amnesia psicógena, la psicoterapia está más indicada. Además, es importante contar con la colaboración de familiares y personas que convivan con quien que sufre de amnesia para que les sirvan de apoyo en los momentos de desconcierto, así como para aminorar las limitaciones que le pudiese provocar. También es bueno participar en grupos de ayuda donde liberar las preocupaciones y tensiones emocionales que provoca dicho trastorno independientemente de la causa. 

Referencias y lecturas recomendadas:
Amnesias - Trastornos neurológicos - Manual MSD versión para profesionales (msdmanuals.com)
Amnesia - Síntomas y causas - Mayo Clinic
Tratamiento de la amnesia (news-medical.net)
Ballesteros, S., (1999) Memoria humana: investigación y teoría. Psicothema, 11(4) 705-723
Mark A.Gluck, Eduardo Mercado, Catherine E. Myers. (2009). Aprendizaje y memoria. Del cerebro al comportamiento. Nueva York: McGraw-Hill.

Comentarios

Entradas populares